viernes, 10 de abril de 2015

¿Por qué nos empeñamos en seguir las mismas reglas? ¿Es el sistema actual el correcto para una sociedad que reclama un cambio? ¿Hay miedo a reinventarse?

Como decía Thomas Kuhn “este modelo ya está agotado, hay que sustituirlo”. La necesidad de cambio cada vez es más palpable y, si nos enfrascamos en las teorías de Kuhn, nuestras mentes procesan una metamorfosis social llena de paradigmas.

Conocido por su aportación al cambio de posición filosófica y sociológica, el historiador y filósofo estadounidense Thomas Kuhn ordenó en diversas fases un sistema epistemológico lleno de estructuras. Desde las ciencias de la naturaleza, este autor desarrolló varias concepciones del mundo que nos rodea. Sus ideas parten de que ninguna disciplina científica se crea como ciencia normal, se pasa por una etapa pre-científica, caracterizada por falta de un marco teórico general y una doctrina consolidada que guíe las investigaciones.

La etapa pre-paradigma no crea ningún modelo ideológico firme, puesto que se necesita de la ciencia externa para ello, de alguna corriente filosófica dominante o de los descubrimientos de otra ciencia.
Antes de entrar en ningún paradigma, será preciso dejar claro que este término hace referencia a una explicación sobre un campo científico.
Cuando Kuhn construye el paradigma es cuando se puede hablar de  ‘Ciencia Normal’  definida en el ensayo de Estructura de las Revoluciones Científicas como “la investigación basada firmemente en una o más realizaciones científicas pasadas, realizaciones que alguna comunidad científica particular reconoce, durante cierto tiempo, como fundamento para su práctica posterior".  Esta ciencia se forma con la intención de aumentar las aplicaciones de las teorías que se desarrollan dentro de un paradigma, a enriquecer los detalles de los resultados de los experimentos o a eliminar conflictos entre distintas teorías. La Ciencia Normal ha cumplido sus objetivos, entendiendo éstos como el alcance del conocimiento científico. Un ejemplo de dicha corriente sería la física de Newton, la física cuántica o la teoría relativista de Eistnein.

A raíz de esto, planteo una cuestión. ¿Por qué los teóricos de la ciencia se han estancado en pleno siglo XXI? ¿Acaso no hay ninguna ley todavía por descubrir? ¿Cuántos más medios menos pensamientos?

Similar al concepto de Ciencia Normal se encuentra el concepto kuhniano de ‘Paradigma’ definido como “la representación del trabajo que ha sido realizado de una vez por todos". Más concretamente definido, "un paradigma es lo que los miembros de una comunidad científica comparten y, recíprocamente, una comunidad científica consiste en hombres que comparten un paradigma". (La Estructura de las Revoluciones Científicas, Posdata: 1969, pág. 271). Los científicos de la teoría paradigmática presentan una abertura hacia la transición, con rasgos renovadores a pesar de la existencia de algunos que se aferran a abandonar antiguos paradigmas.

Las revoluciones políticas, le hicieron a Kuhn desarrollar una comparativa con las Revoluciones Científicas. Es en este período donde surgen cuestiones del tipo ¿cómo cambian las ideas científicas? Y más propiamente en el lenguaje de Kuhn, ¿cómo llega a admitirse un nuevo paradigma? La respuesta viene dada porque el cambio introduce una compenetración de la comunidad científica que hace que los científicos cambien su visión adaptándola a los nuevos tiempos. Ejemplo de ello fue la teoría copernicana, cambiando el modo de ver la tierra, que siempre se había mostrado inmóvil.
En suma, cambios políticos desarrollan cambios científicos. Una comunidad se transforma al son de sus variaciones. Los modelos del sistema se tienen que adaptar a cada época. La ciencia investiga dentro de un paradigma, resolviendo las problemáticas y enigmas que se presenten. Todo tiene que estar en constante progreso, corrigiendo y matizándose a los nuevos tiempos.
 "Cuanto más exacto y comprensivo es un paradigma, tanto más sensible se vuelve como indicador de anomalías, dando así ocasión a un cambio de paradigma" (La Estructura de las Revoluciones Científicas, cap. VI, pág. 111).

Si nos preguntamos cómo es posible transformar un paradigma por otro en un mundo tan complejo,  Kuhn mantiene que “una vez que una teoría científica ha alcanzado el status de paradigma, no será declarada inválida mientras no haga acto de presencia otro candidato que pueda ocupar su lugar". Un paradigma no cae para que otro aparezca. Pueden existir diversas ideas alternativas de interpretación de la realidad. Ideas más renovadas. "El rechazar un paradigma sin reemplazarlo por otro, es rechazar la ciencia misma. La decisión de rechazar un paradigma siempre lleva consigo la decisión de adoptar otro nuevo y el juicio que condice a tal decisión implica la comparación de ambos paradigmas con la naturaleza y entre sí”.

Sustituir un paradigma por otro se hace necesario cuanto ni más si nos encontramos en una situación de crisis, se hace necesidad de cambio. Sustitución que Kuhn denomina “revolucionaria”; "los episodios extraordinarios en que tienen lugar esos cambios de comportamientos profesionales son los que se denominan en este ensayo revoluciones científicas”. Manteniendo que la transición de un paradigma en crisis a otro nuevo, es más bien una reconstrucción del campo, a partir de nuevos fundamentos, reconstrucción que cambia algunas de las generalizaciones teóricas más elementales del campo, así como también muchos de los métodos y aplicaciones del paradigma".

Es aquí donde topamos con el núcleo principal del pensamiento de Thomas Kuhn: el progreso científico no se debe únicamente a aplicar unas reglas metodológicas de investigación sobre los problemas de la naturaleza, sino que existen incógnitas que se han afrontado desde otras circunstancias. Por tanto, las teorías científicas decididamente nuevas no nacen por verificación (como decían los positivistas e inductivistas), ni por falsación (como dice Popper) sino por sustitución (sumamente penosa y compleja en cada caso, con elementos psicológicos y sociológicos) del modelo explicativo (matriz disciplinar, paradigma) antes vigente por otro nuevo. A este proceso de las ciencias de la naturaleza, que no es simplemente irracional, pero tampoco totalmente racional, se llama “cambio de paradigma".

Otro punto en la filosofía de la ciencia es la “inconmensurabilidad”. Kuhn mantiene que cuando un paradigma sustituye revolucionariamente a otro, no hay posibilidad de mostrar cuál es mejor.  "En principio, las teorías anticuadas no dejan de ser científicas por el hecho de que hayan sido descartadas" (La Estructura de las Revoluciones Científicas, cap. I, pág. 22). La teoría antigua y la teoría nueva, el paradigma antiguo y el paradigma emergente no pueden compararse de acuerdo con un baremo. Un paradigma es siempre una concepción del mundo y por ello no hay datos neutrales para comparar las consecuencias de ambos paradigmas.

Nadie puede desmontar un paradigma por otro que se considere mejor. Todos son en mayor o menor medida viables y aplicables a cada tiempo.
Para entender los diferentes paradigmas que conviven en el mundo económico que sostiene Kuhn es necesario un entendimiento previo establecido en teorías y leyes creadas por una comunidad científica.

La crisis es la muestra de una incompatibilidad persistente entre el paradigma dominante y el mundo de la realidad empírica. La ciencia actual no ofrece posibilidades para explicar que se genera un cambio radical en la ciencia formal (lo que Kuhn denomina ‘crisis’), es por ello, que siempre nos encontramos en una constante búsqueda del modelo o paradigma que se adecue a la comunidad y sistema establecido.

Si nos acercarnos a la teoría de la economía de Kuhn, no se ha podido consolidar sus paradigmas puesto que en economía cuando se forma una ‘revolución científica’ como dice Kuhn, se dan una serie de resultados: o bien se origina un reemplazo del nuevo paradigma por el anterior o ambos coexisten conjuntamente. Además, se encuentran muchas partes de paradigmas competidores dentro de cada una de las corrientes de pensamiento, por lo que se produce una coexistencia de unos y otros que se difuminan en su conjunto.

¿Cuántos años harán falta para dar con un modelo económico que se adecúe a las necesidades del sistema? ¿O quizá sea el sistema el que tiene que cambiar?


BIBLIOGRAFÍA


miércoles, 1 de abril de 2015

La reforma financiera

El comienzo de la crisis mundial, abrió las puertas para que España entrara en una gran recesión coincidiendo con la época de fin de la burbuja inmobiliaria, crisis bancarias y aumento de la cifras de desempleados. Este escenario tuvo influencias de las disminuciones de crédito a familias y pequeños empresarios por parte de las entidades bancarias o la corrupción política. Aunque, la mayor influencia de esta crisis financiera fue el estallido del ajuste de la industria de la construcción tras el estallido de la burbuja inmobiliaria que conllevó después a la imposibilidad de las familias para pagar los costes hipotecarios.

A comienzos de la recesión financiera, en el año 2008, se iniciaron las primeras medidas en forma de avales para la banca. Esta crisis, traducida como una reducción de la actividad financiera y económica, conllevó a que el 18 de octubre de 2008, el Consejo de Ministros anunciara la creación de un fondo de 30.000 millones de euros para apoyar la financiación de empresas y ciudadanos.
Un año después, el Banco de España realizó la primera intervención a una caja de ahorros. La primera reforma financiera ya era un hecho. Fue a partir de ese momento cuando diversas, cajas de ahorro comenzaron a entablar negociaciones y a firmar acuerdos para futuras fusiones o integraciones. Se originó así el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para regular las ayudas al sector financiero en los procesos de fusión y reestructuración.

Fuente: losgelve.com

En el año 2010, las uniones de cajas solicitan préstamos al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria para poder reforzar sus recursos propios ya que las entidades financieras europeas no logran superar las dificultades.
La segunda reforma financiera, no tarda en realizarse. En el año 2011, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, fija nuevas exigencias de capital, comprendidas en un 8% sobre los activos que cotizan en bolsa y un 10% para las cajas de ahorros.  Con esta segunda enmienda, se pretendía reforzar más los niveles de solvencia. La ministra de Economía durante esa época, Elena Salgado apoyó a las entidades financieras en momentos de dificultades en forma de ayudas públicas.
En el ejercicio de 2011 se llevó a cabo la tercera reforma, ejecutada ya por el nuevo presidente, Mariano Rajoy en la que se incluía un plan de ayuda para aumentar las provisiones bancarias, además de la limitación de sueldos de los directivos. En el año siguiente, Rajoy decidió aprobar una cuarta restauración financiera que imponía a la banca un aumento de la provisión de los créditos sanos. Ello se presentaba ante un panorama en el que el país atravesaba una situación límite de la prima de riesgo y una destacaba bajada de la bolsa, además de la nacionalización de la matriz de Bankia.
Fuente: carlosgaleon.blogspot.com

Siguiendo el mandato del Partido Popular, su Presidente decidió una quinta reforma en el 2012 que, entre otras medidas, incluía la creación de los denominados ‘bancos malos’, además de una elevada protección a los inversores y una vía por la que se puedan liquidar entidades inviables. En abril de 2012, el Banco de España informaba de que la dimensión total de activos se dificultosos en manos de bancos españoles, se incrementaba a 184.000 millones de euros en diciembre de 2011. Ello se traducía en un 60% de construcción y promoción de las entidades. Es por ello, que estos activos tóxicos se consideran un obstáculo para que el crédito no fluya.


BIBLIOGRAFÍA