miércoles, 18 de marzo de 2015

¿Qué esperamos de un mundo en el que se rescatan bancos y no personas?

Dinero,  moneda, patrimonio, riqueza, pasta o ‘cuartos’ son las definiciones más comunes para denominar a uno de los mejores Dioses de la historia, el más alabado, el más querido y por el que las personas trabajan, engañan, estafan o incluso dejan de ser personas para comportarse como seres inhumanos con el fin de obtener la mayor de sus cantidades.

Dicho ‘Dios’ a la vez que trae fortuna y gozos, suele traer el doble de desgracias. Aquel que no lo tiene, ser desdichado o pobre lo denominan y, por el contrario aquel que en abundancia lo consigue feliz, rico y dichoso lo llaman. En realidad, esto no sucede tal cual. Los papeles cambian, el que poco tiene, desea más pero suele ser más feliz y el que más tiene, siempre quiere más, porque a la vez tiene carencias de otros aspectos que intenta sean suplidas con dinero.

En la sociedad globalizada en la que nos encontramos, la economía es parte fundamental para sostenerla, o así lo han impuesto desde siempre. Economía que, en vez de basarse en recursos, se basa en explotación y derroche. Los dirigentes mandan y el pueblo traga. Por confiar en un sistema económico derrochador y desmesurado, los ciudadanos y ciudadanas desembocamos en una de las mayores recesiones de la historia. El film ‘Inside Job’, está para contarlo cargado de entrevistas con financieros, políticos y periodistas.

"Lograban enormes beneficios privados a coste de pérdidas públicas", es así como el mundo se enriquecía a la vez que otros cada vez eran más pobres.

La película de ‘Inside Job’ nos muestra tres partes diferenciadas: la crisis financiera en Islandia de 2008 y 2009; las causas de la crisis mundial y el diagnóstico de la situación en la que nos encontramos.

Si hacemos referencia a lo que dijo Vladimir Lenin, “quien no cambia todo, no cambia nada”; este sistema económico, político y social seguirá existiendo si no se cambian sus pilares; si no se cambia su forma de actuación y de gobierno; si no se cambia la EDUCACIÓN. No basta con pasar de un partido político a otro, regular la economía, imponer leyes o realizar reformas laborales, es el SISTEMA lo que debe cambiar.


El capitalismo, patrón del ‘Dios dinero’ es el culpable. Convierte a las personas, situándolas en lugares desiguales dentro de la cadena social que forma la sociedad. 

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