jueves, 16 de mayo de 2013

Los guardianes de la Tierra

En la India, los datos censales de 2001, revelan que un 8% de su población es indígena, tribal o adivasí. Desde los sugali del Sur, que viven integrados en villas denomindas thanda, hasta los sentineleses, uno de los pueblos indígenas más aislados del mundo. La diversidad del subcontinente se considera la mayor de todo el planeta. Tras mas de seis décadas de "discriminación positiva", planes y comisiones específicos, la comunidad adivasi sigue teniendo los peores indices de salud, educación y acceso a la vivienda.

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Para los que todavía pasan desapercibidos, sus patrones de vida económica, religiosa y social pueden verse amenazados. Entre el conservadurismo, el indigenismo y el progreso industrial, se encuentran los más de 80 millones de indígenas que, a día de hoy, pueblan la India.

Las conocidas como comunidades adivasi (adi-: original, vasi-: habitante) son, supuestamente, los grupos de la India que representan al sector de su población más antiguo. Estos pueblos indígenas habitaban el subcontinente antes de la llegada de los Arios y en sucesivas oleadas de invasores fueron empujados hacia las selvas de la India central y nororiental.

Actualmente ocupan un 15% del territorio del país. Habitan casi todos los estados y territorios de la Unión. Cualquiera que fuera su distribución original, ésta ha ido variando a causa de las sucesivas invasiones, el crecimiento de la población, la consiguiente presión sobre la tierra y los recursos, y las migraciones. En el período prebritánico, vivieron imposiciones violentas y dominaciones, lo que desembocó, por una parte, en un mestizaje y adaptación mutua y, por otra, en la asimilación de los rasgos culturales del invasor.

Con la llegada del Imperio británico, la concepción de la tierra como un bien transferible negó la ancestral y común unión de los adivasi con ella. Apareció la figura del terrateniente, el arriendo, la deforestación... Los indígenas eran explotados en sus dominios ancestrales. Morían de hambre y enfermedades, cuando no se endeudaban de por vida, incapaces de pagar los préstamos abusivos que los nuevos pobladores les pedían por el uso de unas tierras que históricamente habían sido suyas.

Durante el siglo XIX, en algunos casos, la situación desembocó en varios levantamientos tribales. Tras esto, el Imperio tomó una serie de medidas para paliar los daños causados. Ninguna reparó la mayor el mayor de ellos: la pérdida de la tierra.

[Revista informática anantapur]

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