jueves, 16 de mayo de 2013

Abanicos de flores y frutos

El cultivo de frutales en espaldera es una antigua práctica agrícola que no solo ofrece un bello despliegue bidimensional de frutos al alcance de la mano, sino también de flores en primavera y hojas doradas en otoño. Manzanos, perales, ciruelos y naranjos pueden crecer así en espacios pequeños.

El proceso de formación de un árbol en espaldera supone controlar su crecimiento y dirigirlo para que se expanda en dos dimensiones. Para ello se utiliza como soporte un muro, una estructura de alambres, un enrejado o una valla.

Guiar los frutales en espaldera brinda la posibilidad de crear verdaderos abanico y pantallas de flores y frutos en el jardín. La multitud de diseños básicos que existen ofrecen una enorme variedad de posibilidades ornamentales, desde las más sencillas y parecidas al porte natural del árbol hasta las más caprichosas y creativas.

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Pero, además, el cultivo en espaldera añade la ventaja de que permite tener frutales en espacios reducidos: jardines y huertos pequeños donde sería imposible mantener un árbol con su porte y tamaño naturales. Al cultivar los árboles en dos dimensiones se consigue además una buena aireación e insolación, lo que beneficia la producción de fruta y previene enfermedades causadas por hongos. En climas templados se suma la ventaja de que un frutal en espaldera sobre un muro orientado al sur absorverá mayor cantidad de luz y gozará de más calor durante la noche, consiguiendo de esa manera adelantar y alargar la temporada de fruta.

Pueden ser cultivadas en espaldera la mayoría de las especies y variedades de frutales, aunque los que mejor se prestan a este tipo de formas artificiales son los manzanos y perales. Los frutales de hueso, como ciruelos, cerezos, melocotoneros, albaricoqueros, tienen el inconveniente de que son sumamente sensibles a las podas intensas, pierden mucha savia y enseguida pueden presentar problemas de gomosis.

Conviene elegir ejemplares injertados sobre patrones emanizantes, es decir, no sobre patrones que resten vigor a la planta: interesa poder mantener el frutal en un tamaño manejable. Un crecimiento demasiado vigoroso obligaría a podas drásticas. Las especies de mayor desarrollo deberían reservarse para espalderas de mayor tamaño y formas libres.

También se pueden cultivar en espaldera granados, naranjos, higueras, olivos e incluso plantas puramente ornamentales como Cotoneaster, Pyracantha, Photinia... Las posibilidades son innumerables.

[Revista verdeesvida]

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